Tornados

Un tornado es un inmenso túnel de aire constituido por vientos ciclónicos que se produce durante tormentas de gran intensidad, una columna de aire que gira violentamente desde la base de una nube cumulonimbus hasta la superficie de la tierra. Se ha encontrado, por medio del examen de las variaciones de la presión atmosférica en las estaciones meteorológicas próximas a los tornados, que estos vórtices suelen formarse en el seno de masas mayores de aire en rotación. La mayoría de los tornados se originan en el interior de tormentas de especial magnitud y violencia, a las que se llama superceldas.

Estos potentes sistemas se desarrollan en entornos hidrostáticamente muy inestables, en los que los vientos varían claramente con la altura y hay aire frío y seco encima del aire cálido y húmedo que descansa sobre la superficie de la Tierra, y que tiene aproximadamente kilómetro y medio de espesor. Una delgada capa estable separa las dos masas de aire e impide que se desencadene la inestabilidad hidrostática. Esta estabilidad se puede perturbar si el aire inferior se calienta por la acción solar, o si interviene algún otro mecanismo (una corriente en chorro, o un frente más cálido, etc) que empuje el aire hacia arriba. Como la presión atmosférica disminuye con la altura, las partículas que ascienden con esta corriente cálida se expandirán y enfriarán. Llegará un momento en que estén lo bastante frías como para que el agua que contienen se empiece a condensar, formando la base plana de una nube. El calor que se desprende al enfriarse estas gotas, se transmite al aire circundante, que asciende hasta grandes alturas, a velocidades en ocasiones incluso mayores de 250 km/h. La variación en la inclinación del viento con la altura hace que esa corriente de aire se incline. Las gotitas de aire que se habían enfriado, continúan ascendiendo y condensándose hasta que el peso de las gotas formadas compensa la corriente ascendente que las empuja y entonces comienzan a moverse horizontalmente, formando el yunque característico de los cumulonimbos. La rotación de la tormenta va empujando progresivamente a la lluvia y la corriente descendente alrededor de la corriente ascendente mencionada antes. Sin embargo, el aire fresco tiene mayor humedad que el cálido, y al ser empujado hacia arriba (por aspiración de la corriente ascendente), crea nubes de menor altura, originando una masa nubosa oscura llamada forro de la base.

Formación de los tornados.

La formación de capas de nubes y corrientes de aire es lo que se denomina una supercelda, cada una con su corriente ascendente giratoria coexistiendo con otra corriente descendente. Cuando esta formación pervive el tiempo suficiente, provoca la aparición de un tornado.

Cuando una masa de aire cálido y húmedo penetra a través de la capa estable situada encima de una supercélula, asciende a través del aire fresco y seco. Las partículas calientes se ven frenadas, descienden y provocan precipitación. La lluvia que cae de la tormenta proviene de esta corriente cálida enfriada. La rotación de la supercélula desplaza parte de la lluvia y del aire fresco, llevándolos al lado opuesto de la corriente cálida enfriada.

Cerca del suelo, el aire cálido y el aire enfriado por la lluvia gira y choca con los vientos superficiales, y es aquí donde se forma un tornado. La figura muestra la ocurrencia de un tornado sobre el mar.


Las partículas de aire suben hacia arriba cuando penetran en la corriente ascendente, sin perder del todo su vorticidad. Se produce entonces cerca del suelo una corriente ascendente que gira ciclónicamente. Sin embargo, esto se produce a una cierta altura sobre el suelo, y no explica las fuertes corrientes que se producen a nivel del suelo. La rotación del aire en los niveles bajos depende de la corriente descendente, no de la ascendente. Se origina al norte del ciclón, en el aire moderadamente enfriado por la lluvia que desciende lentamente, pero girando en torno a la corriente ascendente. Parte del aire fresco de la descendente entra en contacto con el aire cálido de la ascendente. Esta porción de aire intermedio, se ve arrastrada por el lado izquierdo hacia arriba, con la ascendente, y arrastrada hacia abajo por el aire frío de la descendente. En consecuencia, el aire frío empieza a girar pero al descender, su eje de rotación se va inclinando, dando lugar a un giro anticiclónico. Al rozar esa masa de aire giratoria con el suelo, se crea en contacto con el suelo el tornado. El rozamiento con el suelo hace que la parte central del viento giratorio se retrase un poco respecto al exterior, provocando el mismo efecto que al girar una cucharilla en una taza de café: la fuerza centrífuga hace que se produzca una aspiración hacia dentro, creando un cono de vacío en el centro del tornado, formando un vórtice.

Clasificación de los tornados.

Los tornados se clasifican según la velocidad del viento y el poder de destrucción que dejan a su paso. La escala Fujita, que se da en la tabla, es la utilizada para medir la intensidad y velocidad de los tornados, así como el daño que causan. Para clasificar los tornados se utilizan la Fdel nombre de la escala y los números del 0 a 6 dependiendo de la velocidad del viento y los posibles daños.

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