Los climas correspondientes a este grupo se encuentran en un área de intensa interacción, ya que se unen en el frente polar. Las masas de aire tropical se unen con las masas de aire polar, donde ninguna es capaz de dominar a la otra por un período largo de tiempo. Estos climas tienen en común el hecho de contar con unas temperaturas estivales más elevadas que en invierno. Los climas templados se clasifican en:
Clima Mediterráneo.
Este tipo de clima se da particularmente en los países ribereños del mar Mediterráneo, de ahí su denominación, aunque se han establecido varios subtipos en relación con la distancia a las masas oceánicas. En sentido amplio, define el clima de las regiones costeras occidentales de los continentes comprendidos dentro de la zona de las latitudes medias, entre los 30º y los 45º, aproximadamente. Se caracteriza por tener inviernos relativamente suaves y húmedos y veranos cálidos, secos y soleados, resultado de la interacción de las masas de aire polar y de las altas presiones subtropicales. El promedio de precipitaciones se sitúa entre los 400 y los 700 mm, concentradas en el invierno, ya que durante el verano el clima está sujeto a la presencia de anticiclones subtropicales, y en el invierno, a las depresiones de la atmósfera. En ocasiones las precipitaciones pueden ser de una violencia extraordinaria, en algunas estaciones situadas al pie de una montaña se han recogido 1000 mm en veinticuatro horas. Las estaciones más lluviosas son el otoño y el invierno. Las temperaturas son suaves todo el año, con poca amplitud térmica. Sin embargo las condiciones geográficas locales pueden cambiar esto, por la presencia de barreras geográficas que dificulten el paso de las masas de aire frío o caliente. Lo más representativo del clima son los tres - cinco meses de aridez en verano, cuando está sometido a la influencia del anticiclón subtropical. Las temperaturas medias anuales varían entre los 12º C y los 18º C, y la amplitud térmica anual está comprendida entre los 10º y los 15º C por lo general. En invierno no son raras las olas de frío. En el borde Norte del Mediterráneo, se deben a los “vientos de tierra” que soplan desde los anticiclones fríos continentales hacia las bajas presiones del tibio Mediterráneo, o en Sudamérica, producidas por los vientos fríos del sur, que soplan desde los anticiclones subpolares. Inversamente las costas meridionales del Mediterráneo pueden ser invadidas por el aire abrasador y seco del Sahara. Las zonas representativas de este tipo de clima son las que circundan todo el Mediterráneo (figura 6), la costa de la zona central de Chile, California, costa meridional de Australia suroccidental, y la zona del suroeste de la República de Sudáfrica.
También se presentan en este clima las degradaciones oceánicas y continentales. El clima mediterráneo oceánico (tipo Lisboa) se define por una amplitud térmica moderada y por un corto período seco. La degradación continental, por el contrario, agudiza las temperaturas extremas y refuerza la sequedad. Así sucede, por ejemplo, con el clima del interior de España, de invierno frío (tipo Madrid) y el de las altiplanicies argelinas, de matiz semidesértico (tipo Géryville)
Clima continental.
El clima continental reina sobre la mayor parte de la zona templada propiamente dicha, con la única excepción de la franja costera occidental, de tipo oceánico. Está muy bien representada en el hemisferio Norte, donde los continentes ocupan una gran extensión entre los 40º y 60º de latitud (Estados Unidos, Canadá, Europa, Siberia, figura 7). En el hemisferio Sur, a causa del adelgazamiento (o de la desaparición) de los continentes al Sur del paralelo 40º, no se encuentra el clima continental más que en la Argentina (Pampa seca del Sudeste, Patagonia). El clima continental es muy contrastado; un invierno frío y seco se opone a un verano cálido y lluvioso. La amplitud anual de las temperaturas es muy fuerte, puede alcanzar los 60º C. Las precipitaciones caen sobre todo durante la estación cálida, a finales de la primavera y en verano, en forma de violentos aguaceros de tormenta. Así se oponen un invierno frío y seco y un verano cálido y lluvioso, mientras que las estaciones intermedias, primavera y otoño, se recortan notablemente.
Figura 6 Clima mediterráneo, Grecia, buen exponente de este clima.
Figura 7 Clima continental, Siberia.
El clima continental que se extiende sobre grandes espacios, presenta considerables modificaciones, pudiéndose subdividir en varios tipos: el tipo ucraniano anuncia los medios áridos del Asia Central. Los climas templados continentales conocen, en efecto una degradación de sequedad hacia el Sur. El calor de los veranos aumenta y, aunque el máximo de lluvias se da en la estación cálida, el clima toma poco a poco un matiz estepario, ya que a los inviernos fríos y secos suceden veranos tórridos en los que la evaporación es muy fuerte. Un clima análogo se extiende sobre las grandes llanuras del Oeste americano, protegidas por las Montañas Rocosas de las influencias oceánicas. El tipo manchuriano es una variedad de los climas de monzones. Reina sobre las fachadas orientales de los continentes. Su dominio por excelencia se sitúa en Asia. El efecto monzónico acusa el contraste entre un invierno seco y muy frío y un verano cálido y lluvioso; el aire es entonces más húmedo, y las precipitaciones más abundantes que en el tipo siberiano. El monzón procede aquí de dos mecanismos: en invierno, las altas presiones siberianas impiden la llegada de las depresiones del oeste; el tiempo es frío y seco. En verano, el aire marítimo que invade Asia oriental procede de las masas de aire tropicales que han conseguido remontarse hasta Shanghai. El tipo siberiano es ultracontinental. La sequedad y el rigor de los inviernos se profundizan a medida que se penetra en la masa continental. El invierno es tan crudo que el polo de frío se encuentra en el Norte de Siberia oriental. Este clima continental frío, con una temperatura media anual muy baja (-16º C) y escasísimas lluvias anuales, preludia ya los climas polares. En realidad, tan solo se diferencia de éstos por los tres meses estivales.
Clima oceánico.
Es el clima característico de las regiones comprendidas dentro de la zona de latitudes medias de la Tierra, sobre las fachadas occidentales de los continentes, entre los 35º y los 60º de latitud, sujetas al efecto oceánico, en la zona de influencia de los ciclones subpolares. Predominan las masas de aire de tipo polar marítima, frías y húmedas. La temperatura media depende de la latitud, pero la proximidad del mar determina que sean frescas y suaves, con valores medios en torno a los 10º C, y una amplitud térmica anual en general pequeña; los inviernos presentan unas temperaturas moderadas y en verano son frescas. Las precipitaciones se producen bien distribuidas a lo largo de todo el año y pueden variar entre 1000 - 2000 mm anuales, aunque se reducen considerablemente en verano, por los efectos del anticiclón tropical y el máximo se sitúa en la estación invernal. En ninguna otra parte del mundo las estaciones intermedias, otoño y primavera, están mejor caracterizadas. En el hemisferio Norte el clima oceánico reina sobre la costa atlántica de Europa, desde Portugal a Noruega (incluyendo las orillas del Canal de la mancha y del Mar del Norte), sobre la costa pacífica de los Estados Unidos, de Canadá (Columbia Británica) y de Alaska. En el hemisferio Sur su dominio es la vertiente pacífica de Chile central (figura 8), Tasmania y Nueva Zelanda.
Clima chino.
El clima de tipo chino, templado de invierno suave, se extiende sobre las fachadas orientales de los continentes. Se localiza entre los 20º y los 35º de latitud. Está caracterizado por masas de aire tropical cálidas y húmedas, alternadas por masas de aire polar frío y seco. El aire tropical provoca abundantes lluvias en verano. Son frecuentes los huracanes en otoño. Los inviernos son similares a los del clima mediterráneo, pero más fríos. Este clima presenta una temperatura media ligeramente superior a la del mediterráneo, lo mismo que la amplitud térmica anual, que supera los 15º C. El promedio de precipitaciones sobrepasa los 1000 mm, concentradas en el periodo estival, que contrasta con la sequedad del invierno. En el hemisferio Norte reina sobre el Sudeste de los Estados Unidos, la China Central y del Sur (figura 9) y gran parte del Japón. En el hemisferio Sur se extiende sobre el Uruguay y la Pampa húmeda argentina, Natal en África del Sur y el Sudeste de Australia. Obsérvese que este clima alcanza al Trópico Norte y al Trópico Sur; China del Sur está a una latitud donde en otros sitios (Sahara del Norte, Arabia) reina el desierto. El clima chino asegura la transición entre el clima tropical lluvioso y el clima
templado continental. El verano, cálido y húmedo, es de tipo tropical; el invierno, suave y lluvioso, es de tipo mediterráneo.
Figura 9 Clima chino, provincia de Yunnan, China.