Después de ver cuales son los factores que influyen en la determinación de un tipo de clima, vamos a analizar de qué dependen dichos factores. La circulación de la atmósfera, producida por diversos factores, va a condicionar la creación y movimiento de grandes masas de aire de distinta temperatura, grado de humedad y velocidad. Aquí haremos un breve resumen de estos factores. La radiación que llega del Sol, junto con la inclinación de la Tierra sobre su eje y la rotación de nuestro planeta son la causa principal de la creación de estas masas de aire, pero existen también factores internos. La radiación solar no llega a los polos tan intensamente como al ecuador, creando una gran diferencia de temperaturas. El aire en los polos es muy frío, mientras que el aire de la franja ecuatorial es calentado muy intensamente por la radiación solar.
El aire del ecuador se calienta y asciende, creando un vacío que es rellenado por el aire más frío que proviene desde los polos. El aire frío polar que tiende a moverse hacia el ecuador, produce un viento que es desviado por la rotación de la Tierra. El aire caliente del ecuador, que asciende en la atmósfera se va expandiendo al llegar a las capas más altas y menos densas de esta, desplazándose hacia las latitudes altas en dirección a los polos. Sin embargo, en el proceso de expansión, junto con el encuentro con masas de aire frío que provienen del norte, va disminuyendo su temperatura, y al enfriarse desciende, al mismo tiempo que al llegar esa masa de aire a capas más bajas y densas de la atmósfera, se comprime. Este fenómeno suele ocurrir alrededor de 30º de latitud. Esa compresión de la masa de aire hace que vuelva a aumentar su temperatura, generando los anticiclones subtropicales. Un anticiclón, formado por una masa de aire caliente, cuando llega a la superficie terrestre se expande creando vientos alisios hacia el ecuador y vientos hacia los polos. Cuando los alisios de ambos hemisferios se encuentran cerca del ecuador en una región llamada zona de convergencia intertropical (ZCIT), contribuyen a la elevación de las masas de aire caliente, manteniendo el equilibrio dinámico que desplaza el aire frío de las zonas polares. Los vientos que se dirigen a los polos, se encuentran con las masas de aire frío que provienen desde estos. El aire frío, más denso, choca por debajo con el aire caliente, y obliga a estas masas calientes a ascender, provocando bajas presiones subsolares y originando el frente polar en latitudes medias-altas. Estas masas de aire que ascienden, al llegar a las capas más altas y menos densa de la atmósfera, se expanden, creando nuevos vientos. La dirección de los vientos es siempre de las altas a las bajas presiones, por lo que se crean vientos en dos direcciones: hacia los polos y hacia latitudes más bajas. Los que se dirigen hacia los polos ayudan al descenso de las masas de aire polar, y al ser aire caliente, templan el aire frío de los polos. Los vientos que se dirigen hacia latitudes bajas son los que se encontrarán con las masas de aire de altura que provienen del ecuador, permitiendo el descenso de esas masas y favoreciendo que se formen los anticiclones subtropicales. Además en altura, las grandes diferencias de temperatura, producen diferencias de presión, que junto con la rotación terrestre, generan las corrientes en chorro, un fuerte viento de altura con dirección neta hacia el oeste. La trayectoria que sigue esta corriente son las que determinan la dirección de los temporales.
Podemos comprobar entonces, que existen una serie de zonas estables en el planeta donde se forman altas y bajas presiones. Cuando una masa de aire se enfría, desciende, haciendo que la presión atmosférica aumente. Cuando una masa de aire se calienta, asciende en la atmósfera, haciendo bajar las presiones en ella. Así quedan definidas la circulación meridional del viento y la circulación y vientos en superficie.