Arquímedes pensativo. Domenico Fetti (1620). |
Aportes a la Meteorología
Arquímedes fue un científico
griego que estudió (entre otras muchas cosas) y el principio de flotabilidad
hidrostática, los cuales son conceptos importantes en meteorología. El
principio de Arquímedes afirma que todo cuerpo total o parcialmente sumergido
en un fluido se halla sometido a una fuerza hacia arriba igual al peso del
fluido desplazado por el cuerpo. Si el peso del líquido desplazado es mayor que
el peso del cuerpo, entonces el cuerpo es empujado hacia arriba. Esta es la
situación en la que una porción de aire en la atmósfera se eleva si está más
caliente que la atmósfera circundante. En esta situación, la parcela se dice
que tiene flotabilidad positiva. Flotabilidad positiva es una condición
necesaria en la formación de nubes convectivas (cúmulos, cúmulos congestus y
cumulonimbos).
Biografía
Hay pocos datos fiables sobre la
vida de Arquímedes. Sin embargo, todas las fuentes coinciden en que era natural
de Siracusa y que murió durante el desenlace del sitio de Siracusa. Arquímedes
nació c. 287 a. C. en el puerto marítimo de Siracusa (Sicilia, Italia), ciudad
que en aquel tiempo era una colonia de la Magna Grecia. Conociendo la fecha de
su muerte, la aproximada fecha de nacimiento está basada en una afirmación del
historiador bizantino Juan Tzetzes, que afirmó que Arquímedes vivió hasta la
edad de 75 años. Según una hipótesis de lectura basada en un pasaje corrupto de
El contador de arena -cuyo título en griego es ψαμμίτης (Psammites)-,
Arquímedes menciona el nombre de su padre, Fidias, un astrónomo.
Plutarco escribió en su obra
Vidas paralelas (Vida de Marcelo, 14, 7) que Arquímedes estaba emparentado con
el tirano Hierón II de Siracusa. Se sabe que un amigo de Arquímedes,
Heráclides, escribió una biografía sobre él pero este libro no se conserva,
perdiéndose así los detalles de su vida. Se desconoce, por ejemplo, si alguna
vez se casó o tuvo hijos.
Entre los pocos datos ciertos
sobre su vida, Diodoro Sículo nos aporta uno según la cual es posible que
Arquímedes, durante su juventud, estudiase en Alejandría, en Egipto. El hecho
de que Arquímedes se refiera en sus obras a científicos cuya actividad se
desarrollaba en esa ciudad, abona la hipótesis: de hecho, Arquímedes se refiere
a Conon de Samos como su amigo en Sobre la esfera y el cilindro, y dos de sus
trabajos (El Método de los Teoremas Mecánicos y el Problema del Ganado) están
dedicados a Eratóstenes de Cirene.
Arquímedes murió c. 212 a. C.
durante la Segunda Guerra Púnica, cuando las fuerzas romanas al mando del
general Marco Claudio Marcelo capturaron la ciudad de Siracusa después de un
asedio de dos años de duración. Arquímedes se distinguió especialmente durante
el sitio de Siracusa, en el que desarrolló armas para la defensa de la ciudad.
Polibio, Plutarco, y Tito Livio describen, precisamente, su labor en la defensa
de la ciudad como ingeniero, desarrollando piezas de artillería y otros
artefactos capaces de mantener a raya al enemigo. Plutarco, en sus relatos,
llega a decir que los romanos se encontraban tan nerviosos con los inventos de
Arquímedes que la aparición de cualquier viga o polea en las murallas de la
ciudad era suficiente como para provocar el pánico entre los sitiadores.
Arquímedes fue asesinado al final
del asedio por un soldado romano, contraviniendo las órdenes del general
romano, Marcelo, de respetar la vida del gran matemático griego. Existen
diversas versiones de la muerte de Arquímedes: Plutarco, en su relato, nos da
hasta tres versiones diferentes. De acuerdo con su relato más popular,
Arquímedes estaba contemplando un diagrama matemático cuando la ciudad fue
tomada. Un soldado romano le ordenó ir a encontrarse con el General, pero
Arquímedes hizo caso omiso a esto, diciendo que tenía que resolver antes el
problema. El soldado, enfurecido ante la respuesta, mató a Arquímedes con su
espada. Sin embargo, Plutarco también brinda otros dos relatos menos conocidos
de la muerte de Arquímedes, el primero de los cuales sugiere que podría haber
sido asesinado mientras intentaba rendirse ante un soldado romano, y mientras
le pedía más tiempo para poder resolver un problema en el que estaba
trabajando. De acuerdo con la tercera historia, Arquímedes portaba instrumentos
matemáticos, y fue asesinado porque el soldado pensó que eran objetos valiosos.
Tito Livio, por su parte, se limita a decir que Arquímedes estaba inclinado
sobre unos dibujos que había trazado en el suelo cuando un soldado que
desconocía quién era le mató. En cualquier caso, según todos los relatos, el
general Marcelo se mostró furioso ante la muerte de Arquímedes, debido a que lo
consideraba un valioso activo científico, y había ordenado previamente que no
fuera herido.
Una esfera tiene 2/3 exactos del volumen
y de la superficie del cilindro que la circunscribe. Una esfera y un cilindro
fueron colocados encima de la tumba de Arquímedes, cumpliendo con su voluntad.
Las últimas palabras atribuidas a
Arquímedes fueron "No molestes mis círculos", en referencia a los
círculos en el dibujo matemático que supuestamente estaba estudiando cuando lo
interrumpió el soldado romano. La frase es a menudo citada en latín como
"Noli turbare circulos meos", pero no hay evidencia de que Arquímedes
pronunciara esas palabras y no aparecen en los relatos de Plutarco.
Cicerón y los magistrados descubriendo la tumba de Arquímedes en Siracusa, de Benjamin West (1797). Colección privada. |
Cicerón describe la tumba de
Arquímedes, que habría visitado, e indica que sobre ella se había colocado una
esfera inscrita dentro de un cilindro. Arquímedes había probado que el
volumen y el área de la esfera son dos tercios de los del cilindro, incluyendo
sus bases, lo cual consideró el más grande de sus descubrimientos matemáticos.
En el año 75 a. C., 137 años después de su muerte, el orador romano Cicerón
estaba sirviendo como cuestor en Sicilia y escuchó historias acerca de la tumba
de Arquímedes, pero ninguno de los locales fue capaz de decirle dónde se
encontraba exactamente. Finalmente, encontró la tumba cerca de la puerta de
Agrigento en Siracusa, en una condición descuidada y poblada de arbustos. Cicerón
limpió la tumba, y así fue capaz de ver la talla y leer algunos de los versos
que se habían escrito en ella.
Los relatos sobre Arquímedes
fueron escritos por los historiadores de la antigua Roma mucho tiempo después
de su muerte. El relato de Polibio sobre el asedio a Siracusa en su obra
Historias (libro VIII) fue escrito alrededor de setenta años después de la
muerte de Arquímedes, y fue usado como fuente de información por Plutarco y
Tito Livio. Este relato ofrece poca información sobre Arquímedes como persona,
y se enfoca en las máquinas de guerra que se decía que había construido para
defender la ciudad.