Primera parte de serie de notas sobre los huracanes
Introducción
Pocas cosas en la naturaleza pueden ser comparadas con la fuerza destructiva de un
huracán. Se la llama la tormenta más grande en la Tierra, un huracán es capaz de
aniquilar a las zonas costeras con vientos sostenidos de 250km/h (155 millas
por hora) o más, además con áreas de lluvias intensas y marea de tormenta. De
hecho, durante el ciclo de vida de un huracán puede gastar tanta energía como
10.000 bombas nucleares!
El término Huracán deriva de “Huracan”, un dios del mal
reconocido por los taínos, una antigua tribu aborigen de América Central. En
otras partes del mundo, los huracanes son conocidos por nombres diferentes. En
el Pacífico occidental y el área del Mar de China, los huracanes son conocidos
como tifones, en cantonés se lo nombra como tai-fung, es decir, fuerte viento.
En Bangladesh, Pakistán, India y Australia, se les conoce como ciclones y,
finalmente, en las Filipinas, se les conoce como baguios.
Un sobreviviente del huracán Katrina tiene fotos de los daños causados por el huracán Andrew, que tomó cuando vivía en Florida. (Imagen cortesía de danakay / Flickr).
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El nombre científico de un huracán,
independientemente de su ubicación, es un ciclón tropical. En general, un
ciclón es un gran sistema de aire que gira y a su vez gira alrededor de un
punto de baja presión. Sólo pasa con ciclones tropicales, en que el aire
caliente en su centro, se convierten en poderosas tormentas que se llaman
huracanes.
Fuente