La historia de la formación comienza en una nube, cuando una gota de nube se congela si se transforma en una pequeña partícula de hielo. Como el vapor de agua comienza a condensarse en la superficie, las partículas de hielo desarrollan rápidamente facetas , convirtiéndose así en un pequeño prisma hexagonal . Durante un tiempo se mantiene en esta forma de simples facetas a medida que crece.
A medida que el cristal se hace más grande, las ramas comienzan a brotar de las seis esquinas del hexágono. Dado que las condiciones atmosféricas (temperatura y humedad) son casi constantes a través del pequeño cristal, los seis brazos crecen más o menos al mismo ritmo.
Mientras crece, el cristal se vuela de un lado a otro dentro de las nubes, por lo que la temperatura sufre cambios al azar con el tiempo. Sin embargo, el crecimiento de los cristales depende en gran medida de la temperatura. Así, los seis brazos del cristal de nieve van cambio su crecimiento con el tiempo. Y debido a que los seis brazos sufren las mismas condiciones al mismo momento, todos crecen alrededor de la misma manera. El resultado final es una estructura compleja, ramificada, que también es seis veces más o menos simétrica. Y tenga en cuenta también que, dado que todos los cristales de la nieve siguen trayectorias ligeramente diferentes a través de las nubes, los cristales individuales tienden a ser diferentes.
La historia es muy simple, realmente, bien encapsulada en el diagrama anterior. Y es incluso un poco sorprendente, cuando te paras a pensar que - todo el complejo, y su bella estructura, simétrica de un cristal de nieve, simplemente surgen espontáneamente, casi literalmente de la nada, ya que cae a través de las nubes.
