El relámpago del Catatumbo es un singular fenómeno meteorológico que se produce en el sur del lago de Maracaibo en Venezuela, cuyo nombre proviene del río Catatumbo.
Este fenómeno se caracteriza por ser un relámpago casi continuado y silente (especialmente por las grandes distancias), que se produce en nubes de gran desarrollo vertical formando arcos eléctricos entre los 2 y los 10 kilómetros de altura (o más), a medida que los vientos alisios penetran en la superficie del lago en horas de la tarde (cuando la evaporación es mayor) y se ven obligados a ascender por el sistema montañoso de Perijá (de 3.750 msnm) y la Cordillera de Mérida, el ramal venezolano de los Andes (de 5.000 msnm, aproximadamente). El origen de este fenómeno está en el efecto orográfico de estas cordilleras que encierran y frenan a los vientos del noreste produciéndose nubes de gran desarrollo vertical, concentradas principalmente en la cuenca del río Catatumbo. Este fenómeno es muy fácil de ver desde cientos de kilómetros de distancia, es decir, desde el propio lago (donde no suelen presentarse nubes durante la noche) por lo que también se conoce como el Faro de Maracaibo, ya que las embarcaciones que surcaban la zona podían navegar durante la noche sin problemas en la época de la navegación a vela. Tiene una ocurrencia anual de 140 a 160 noches o más, durando hasta 10 horas por noche y produce hasta 280 descargas por hora. Además, estas tormentas eléctricas producen un elevado porcentaje de toda la capa de ozono generada a escala mundial por lo que el relámpago del Catatumbo puede considerarse como uno de los principales regeneradores individuales de la capa de ozono del planeta, pues produce aproximadamente 1.176.000 descargas eléctricas atmosféricas. El origen de esta formación de ozono se encuentra en la ionización de los gases atmosféricos con las intensas descargas eléctricas.
El relámpago del Catatumbo se suele desarrollar entre las coordenadas de 8º 30' y 9º 45' de latitud norte y los 71º y 73º de longitud oeste, lo que supone una zona muy extensa aunque, como es lógico, no toda esta zona tiene siempre la misma actividad tormentosa.