Noé es el primer personaje histórico que puede estar vinculado de alguna manera a la meteorología. Él obedeció la orden de Dios para construir el arca para salvarse a sí mismo y su familia y muchos animales de una devastadora inundación. En términos modernos, recibió un pronóstico del tiempo, creía que ya actuó en esa información. Luego, después del diluvio, Dios prometió a Noé que nunca más habría una inundación, y un arco iris aparecía como un signo de esa promesa.