Mito y Realidad sobre "Temporal de Santa Rosa" o "Tormenta de Santa Rosa"


Isabel Flores de Oliva nació en Lima, Perú el 30 de abril de 1586 y murió la madrugada del 24 de agosto de 1617. Fue beatificada con el nombre de Rosa. Santa Rosa de Lima es patrona de la iglesia Católica de Hispanoamérica y Filipinas y su fiesta se celebra cada 30 de agosto. 

Según la historia en 1615 ante la proximidad del enemigo frente a las costas, la autoridad eclesiástica dispuso se elevaran rezos en todos los monasterios. Rosa desde la capilla de San Gerónimo elevaba sus ruegos. Pronto una gran tormenta impidió el desembarco del enemigo y la ciudad quedo a salvo. Los más fieles creyentes atribuyeron la tormenta a los ruegos de Rosa. En la región del Río de la Plata, la devoción por Santa Rosa de Lima era profunda. 

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Durante la festividad se fue observando que cada 30 de agosto, con cierta regularidad, se presentaban tormentas, lluvias y actividad eléctrica. Así nació en la cultura popular, la denominada "tormenta de Sta Rosa" Próxima a la época primaveral, a fines de agosto y principios de setiembre, las masas de aire cálido de origen subtropical , cargadas de humedad y con temperaturas templadas a cálidas, llegan hasta latitudes cercanas al Río de la Plata. En tanto la masa de aire frío de origen polar o subpolar, aun conservan la energía suficiente para alcanzar con fuerza las mismas latitudes. Se incrementa entonces la actividad asociada al desplazamiento de estos frentes, y como resultado, se producen lluvias acompañadas de tormentas eléctricas si los sistemas son intensos Esta situación es bastante frecuente cada año por lo que no resulta extraño que unos días antes de la fecha de Santa Rosa o unos días después, la tormenta se haga presente. Desde la región de origen esta creencia popular de asociar al fenómeno meteorológico con Santa Rosa se ha extendido en ambos márgenes del Río de la Plata. 

Mito y Realidad

Climáticamente en el Hemisferio Austral, la tormenta de Santa Rosa puede constituirse en una de las primeras tormentas, hacia el final del invierno, unos diez días antes del 30 de agosto y veinte primeros días de septiembre.

Para el Vocabulario Meteorológico Internacional de la Organización Meteorológica Mundial, OMM, "tormenta” es la descarga brusca de electricidad atmosférica que se manifiesta por un resplandor breve (el relámpago) y por un ruido seco o un estruendo sordo (el trueno), asociada a nubes convectivas (cumulunimbus) y suelen llegar con lluvia en forma de chaparrón o, en latitudes más altas, de nieve o granizo, y también de vientos fuertes. En invierno no ocurren estas tormentas convectivas, porque para su desarrollo, se necesitan condiciones energéticas más de primavera y de verano. Y, al acercarse el equinoccio de primavera del Hemisferio Sur (22 o 23 de septiembre), el acercamiento paulatino (por el ángulo de inclinación del eje del planeta) de este sector de la Tierra al Sol aumenta la disponibilidad de energía en el "Subsistema Austral Climático Terrestre", produciéndose cambios en la "Circulación Atmosférica Regional", desde fines de agosto. Con presencia de aire cálido y húmedo del norte, sumado a más radiación solar y a entrar "Perturbaciones Sinópticas" del oeste podría aparecer el fenómeno de tormenta saliendo del invierno, en cercanías del 30 de agosto, día de Santa Rosa de Lima.

Dicha perturbación se produce ya a que el Polo Sur sigue aún muy frío mientras que el continente austral comienza el lento proceso de calentamiento.

Popularmente (mito) se espera que la tormenta de Santa Rosa sea más fuerte que cualquier otra, pero normalmente no es así. Para la ciudad de Buenos Aires (Observatorio del SMN Villa Ortúzar), del análisis de la frecuencia de aparición del Fenómeno Tormenta", 5 días antes y después del 30 de agosto, del período 1861-2003. Así, sólo 16 veces en 142 años, se produjo la "Tormenta" de Santa Rosa de Lima.

La “Tormenta de Santa Rosa” se observa en algunas provincias argentinas, mientras que en otras, como Salta, Mendoza o San Juan, muy rara vez aparece este fenómeno. En Uruguay se produce con una frecuencia parecida a la de la provincia de Buenos Aires. Fenómenos similares se observan en Sudáfrica y en Australia.