Derivado de "katabatikos” de la palabra griega que significa “ir cuesta abajo”. Los vientos catabáticosllevan el aire de alta densidad de grandes alturas cuesta abajo por la fuerza de gravedad, a veces alcanzando velocidades de huracán.
Los vientos catabáticos se encuentran en muchas partes del mundo. Su nombre cambia dependiendo de dónde se encuentran y cómo están formados, pero algunas de las más conocidas son el Bora en el Adriático, el Mistral en el Mediterráneo, el Santa Ana en California, Bora (o Bura) en Adriático y el Oroshi adentro de Japón.
En la Antártida estos vientos son muchos más fuertes y feroces. El aire que esta directamente sobre la superficie fría se enfría por radiación, ya que se vuelve más denso en temperaturas más bajas y naturalmente fluye hacia abajo, cerca de la tierra. Los efectos se potencian debido a la conjunción con las temperaturas mucho más frías de la antártica, lo que resulta un rápido descenso en la temperatura del aire circundante que a continuación, hace que el flujo de aire acelere. Los vientos en la Antártida se han medido en más de 200 kilómetros por hora, siendo estos algunos de los vientos más fuertes medidos en el planeta a nivel del suelo, incluso mayor que algunos de los tornados más peligrosos.